La inteligencia, entendida como la habilidad global para manejar nuestras relaciones con el mundo, ha sido estudiada con gran interés por muchos años. Solíamos considerarla como una habilidad global, pero aún se debate qué tan importantes son en su composición, la genética y los factores ambientales. recientemente, gran parte de la investigación contemporánea se ha centrado en la búsqueda de los factores de inteligencia, diferenciando así nuestra habilidad para ser creativos y eruditos. Todo ello dentro de una diversidad de contextos, de tareas, algunas más abstractas, otras más orientadas hacia la escuela; algunas de tipo sensorio-motor, o aquellas orientadas al espacio, con mayor o menor énfasis en el manejo de palabras, números, conceptos, formas, sonidos, etc.
Recientemente se ha incrementado el interés en torno a la inteligencia emocional; para muchas personas éste ha sido un gran descubrimiento. En efecto, si la inteligencia, como tema general, ha tenido que ver con la manera en que actuamos e interactuamos en el mundo, pareciera obvio que nuestra habilidad para reconocer cualidades emocionales propias y de otros - así como la habilidad complementaria para manejar tales modulaciones emocionales- debiera ser una parte integral de nuestra capacidad para tener éxito en la escuela y en el trabajo. Desarrollar habilidades emocionales, es parte integral del proceso de maduración, lo cual es esencial en todos los ámbitos de nuestra vida: al trabajar en grupo, al buscar éxito en el deporte o en las artes, al manejar personal, pero también es fundamental al crear relaciones íntimas, construir una familia, criar a los hijos,etc.
Cuando hablamos de Inteligencia Somática no significa que nos identifiquemos solamente con las habilidades sensorio-motoras atléticas de personas que son hábiles con sus cuerpos al lanzar una pelota, balancearse en una soga, saltar o bucear. Tampoco implica en el sentido de Piaget, restringir la inteligencia somática a la etapa del desarrollo sensorio-motor que forma los cimientos para futuros tipos de inteligencia.
Hablar de Inteligencia Somática implica el hecho de que, cualquier forma de acción en el mundo, cualquier operación, sea concreta o abstracta, sucede con el cuerpo, en el cuerpo, o aún mejor, como un cuerpo.
La Inteligencia Somática se refiere no sólo al uso de nuestros cuerpos para actuar en el mundo, sino también a la base corporal de todos nuestros pensamientos, sensaciones y sentimientos; se refiere, a final de cuentas, a nuestra propia experiencia de estar vivos como personas, únicas e irrepetibles; por ello, es aquella riqueza aún no descubierta de nuestras personas.
En las sociedades occidentales, excepto en algunos círculos cerrados de investigación del mundo interno, esta inteligencia se ha dejado crecer de forma salvaje.Algunos individuos tiene un talento natural que quizá no son capaces de describir, mucho menos de enseñar. En el contexto actual y futuro, saber que estamos "in-corporados" sintiendo nuestra "en-carnación" reconociendo que somos animales moviéndonos en el campo de la gravedad, sabiendo cómo utilizarnos para actuar y cómo influir de manera eficaz en el estado de nuestros cuerpos, parece ser esencial no sólo para la salud y el bienestar de los individuos, sino para la sobrevivencia misma de la especie! Existe tal negación de nuestras sensaciones corporales, que se llega hasta el grado en que nuestro organismo ya no las tolera. Podemos pasar tanto tiempo sentados frente a la computadora, manteniendo nuestra vista dentro de un mismo rango, viendo televisión, manejando un coche camión durante una vida entera, hasta que estas "actividades" comienzan a afectar el bienestar y la productividad de los individuos, si no es que perjudica la naturaleza misma de la especie. Ignorar nuestra in-corporación de una generación a otra, tendrá consecuencias, ya sea que estén transportadas por el ADN o por los patrones familiares y los hábitos sociales. desarrollar la inteligencia somática puede ser más importante de lo que pensamos, y sería conveniente empezar ahora mismo.
Tomado del libro: Educación Somática. Reflexiones sobre la práctica de la conciencia del cuerpo en movimiento, de Yvan Joly
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